¿La capacidad de organización y la aceptación de responsibilidad?
¿La capacidad para predicar y enseñar?
¿Las dotes empresariales?
¿Una personalidad carismática?
Según Jesús, ninguna de las mencionadas.
Jesús es, indiscutiblemente, el líder más grande que el mundo ha visto. Sus tres años de ministerio público en un rincón oscuro y conflictivo del imperio romano no sólo cambió irrevocablemente la civilización romana, sino todas las que después surgieron.
Es notable, sin embargo, que Jesús hablara muy poco acerca del liderazgo e incluso menos de la forma de lograrlo.
Tal vez sea esa la razón por la que muchas iglesias actuales gobernadas corporativamente prefieran imitar los estilos de liderazgo de Moisés, David, Nehemías o Pablo. Denny Gunderson nos invita a replantearnos esta cuestión.
Esta libro franco y refrescante nos acerca al lado del Maestro. Desde esta posición ventajosa observamos a Jesús con los ojos de quienes lo trataron personalmente. A través de sus retinas descubrimos revelaciones sorprendentes que nos retan a replantearnos algunos estereotipos de liderazgo.